Hay un
bosque sin tierra
que aún
repta caníbal,
mientras
susurra laberintos humo.
Allí, serpientes
grises, engarzan
nuestros
enmohecidos lazos.
Hay una
raíz que aún repta,
caníbal
y bosque,
entre alambradas
sangre
y estériles
humos.
Hay un
miedo raíz en mis uñas
que no
sé cómo arrancar
sin tu
eco.