de mil enjambres asustados
he vuelto a sentir las diminutas pistas
que fui sembrando en mil pelusas sordas
mientras volaban nudos
vuelve el zumbido entre mis dedos trapo
pruebo a silbar sin mecedoras ni sal
mientras vacío un imperdible fuego
vuelvo a sentir todas las redes garfio
confieso aún agazapada el viento
que siempre aturde mis zapatos rotos
vuelvo a nadar sin elefantes blancos
amordazando las cornisas cero
2 comentarios:
Que sea para bien.
Yo cuando vuelvo a donde fui solo veo pelusas vegetales empujadas por el viento en un desierto de recuerdos.
también las veo a toneladas
quizás era hora y ser sin tapones
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