Mundo sin vuelta

En el tiempo se van perdiendo los escombros que quisimos fueran reinos de tarambanas,  tiritas pegábamos en las astillas que agrietaban los ventanales. En las manos tu anillo aún escuece como las chumberas que adornaban el abismo de tus deseos tan ciegos, que te perdieron en aquel mundo sin vuelta.

En el recuerdo aún tiemblan las sirenas y los días de saltos y sumas, de cimas y brumas, de bailes y blancas salas.

En el aire ya nadie siembra tu nombre, sólo hoy vino tu recuerdo guiñándome como antes, cuando no había pasado, ni misterios, ni heridas, ni esquinas, ni sillones que gritaran este vacío inmenso. Algún día se cruzarán nuestras manos ya llenas de mil llagas, si es que existe ese allá más.

En este preciso instante se me para el día y aún recuerdo las fresas, el chocolate, las cerezas como si  estuvieras, como si fueras otra vez vida.