domingo, 18 de diciembre de 2011

siete minutos


Sangre de piel vacía,
un capuccino, tus ojos,
siete minutos de espaldas
y las cuchillas despiertan
la coagulada costumbre
de prender al humo.
Quema la arena tan fría
y tus ojos             lejos.

14 comentarios:

Almu dijo...

se me ha hecho una pompa de sensación dentro del estómago al leerte!
se me ha parado el tiempo.

Besitos!

Charcos dijo...

gracias Almu, a veces escribo y no sé si llego a alguien...

besicos muchos

Unknown dijo...

Llegas, chiquilla, llegas, y cómo!!!. Esas cuchillas sería mejor deportarlas para siempre, para que no afloren esas ausencias, esas lejanías... esas costumbres.
Un abrazo fuerte, con mil besicos y chacitos.
Leo

Sarco Lange dijo...

Eres de verdad. Eso es genial.

Bss.

.A dijo...

tus ojos lejos.. extremadamente lejos..

Paloma Corrales dijo...

A veces el simple y cotidiano acto de tomarse un café es suficiente para constatar la incomunicación en la que viven algunos.

Esa distancia que imprimen los ojos es la que más que duele y tú lo has reflejado perfectamente en esta brevedad.

Besazo.

Anónimo dijo...

qué inmensa imagen la de esos ojos en el café. Besos

Antero dijo...

llegas y traspasas, niña Charcos. un beso.

Charcos dijo...

Gracias Leo, a veces me cuestiono y necesito saberlo;) no es un tema de ego, es más de derrocar inseguridades que por alguna extraña razón a veces parecen dominar.

Besicos y chacitos más pa ti

Charcos dijo...

Y tú Sarco y tú

Charcos dijo...

lejanamente extremos A.

Charcos dijo...

clavadito cual campeona de salto Paloma, es eso, un café y la inmensidad rodeando la cucharilla.

besicos un saco o dos

Charcos dijo...

sabes Jojaquin? este poema surgió tras leer aquél relato tuyo donde describías tan bien cómo hacer un capuccino. Para que veas ;)

besicos y graciasss

Charcos dijo...

y tú Antero y tú

y de que forma


besicosss