sabe de mis dedos
retorciendo
espumas
de las cicatrices
perdidas
de las escamas
y el cansado mar
solo el silencio
sabe mecer la historia
rota
roja
y sal
aplasto miedos y pincho fuegos
(per)dimos treinta mil olvidos blancos
enmarañados entre nuestros flecos
nuestra cordura repta excusas necias
siempre la misma acribillada arena
treinta mil blancos alaridos pierden
lágrimas sordas entre nuestros dedos