a veces el enjambre traza una escueta mueca (de)lirios y azucenas
a veces paro y me grito todos los años retorcidos entre tibias espumas
a veces sueño cuchillos y despliego pausas
a veces
como si de nuevo
fuera
aplasto miedos y pincho fuegos
aún así fuimos
tirabuzones en ese asfalto
de tantas manchas desmemoriadas
de tantos ahora deslumbrados
aún así fuimos
a pesar de la prisa
un instante de abismo
y esa nota que aprieta el concierto
aunque no hubiera remos
ni supiéramos si el mar nos podía
aún así
sumar ceros no abriga
aunque aún así nos retumbe el puedo
(per)dimos treinta mil olvidos blancos
enmarañados entre nuestros flecos
nuestra cordura repta excusas necias
siempre la misma acribillada arena
treinta mil blancos alaridos pierden
lágrimas sordas entre nuestros dedos